EN ESTA ENTREVISTA PODEMOS LEER IDEAS REVOLUCIONARIAS PARA LA SOCIEDAD DE HOY.....SIENDO LAS DE SIEMPRE, PERO MUY BIEN ARGUMENTADAS.
Francesco Tonucci, La Ciudad de los Niños
La semana que viene estaré en Roma preparando la intervención de Francesco Tonucci en un Congreso sobre educación vial en el que vamos a colaborar. La verdad es que no conozco a Francesco pero me he documentado en Internet y todo lo que dice este hombre tiene una coherencia extraordinaria.
Francesco Tonucci nació en Fano, Italia, en 1941. Se diplomó como profesor en 1958 y, en 1963, se graduó en Pedagogía, en la Universidad Católica de Milan. A los 28 años recibió su primera distinción en ese campo y comenzó a satirizar la realidad de la escuela a través del seudónimo “Frato”. Como Frato dibuja unas preciosas historietas en las que el niño y la educación suelen ser los protagonistas.
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Francesco comenzo su andadura profesional maestro de escuela primaria y, en 1966, se convirtió en investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de Investigación, del que -en 1982- presidió el Departamento de Psicopedagogía, que lleva adelante el programa de educación ambiental, cuyo objetivo es crear una base de datos para y por los niños.
En 1991 desarrolló en su pueblo natal el proyecto de Ciudad de los Niños, considerado una nueva forma de concebir la ciudad, con los niños como punto de referencia. El proyecto fue más que exitoso, extendiéndose a diversos puntos del mundo. Es ese proyecto el que nos interesa documentar y para eso le visito. La ciudad de los niños tiene entre sus objetivos calmar el tráfico en las ciudades y hacer posible lo que ahora es una utopía: que los niños vayan solos a la escuela o que puedan jugar en las calles libremente sin miedo a ser atropellados.
Os dejo una entrevista que a Francesco le hicieron en EL PAIS y que ilustra su punto de vista sobre el problema del tráfico y los niños y tambien con una viñeta en la que su alter ego, Frato, ironiza sobre los educadores…
“El gran problema de los niños de ciudad es que nunca están sin adultos “
CHARO NOGUEIRA – Madrid
EL PAÍS | Sociedad – 21-10-2003
“El mayor problema de los niños en las ciudades es que nunca están solos entre ellos, sin adultos”, sostiene el pedagogo Francesco Tonucci (Fano, Italia, 1940). Los padres tienen miedo a permitírselo por la violencia, un fenómeno que este especialista considera sobre todo mediático, y el tráfico. Para devolver todo el espacio urbano a los pequeños, este experto del Consejo Nacional de Investigaciones italiano ha puesto en marcha el proyecto La ciudad de los niños en ciudades de Italia, Argentina y España. Un objetivo es que vayan solos al colegio. Y en el camino pueden poner multas morales a los coches subidos en la acera, como ya ocurre en Roma.”Si devolvemos las plazas a los pequeños, no necesitamos ludotecas”, defiende Tonucci. Para difundir su iniciativa, ha presentado en Madrid su libro Cuando los niños dicen ¡basta! (Fundación Germán Sánchez Ruipérez) y la web www.lacittadeibambini.org.
Pregunta. En España, poblaciones medias como Granollers o Reus, en Cataluña, o la madrileña Alcobendas se han interesado por su iniciativa. ¿Por qué no se han sumado las grandes?
Respuesta. No lo sé. Cuando me llaman los alcaldes les pido que se lo piensen bien, porque ponerse al lado de los niños supone sacar algo a los adultos, que son los electores. De todas formas, es un desafío importante, porque las ciudades son cada vez más conscientes de su insostenibilidad.
P. ¿Cómo cambiarlas?
R. Hemos destruido las ciudades y es difícil que se puedan recuperar sin algo creativo. No debemos tolerar que un niño no pueda cruzar porque los coches no paren en el paso de cebra. Eso supone considerar los derechos de los coches más importantes que los de los niños.
P. Los padres temen el tráfico, pero también la inseguridad.
R. Sí. En la sociedad global, lo que ocurre en el Reino Unido lo sufre la gente en Italia y piensa que eso le puede ocurrir a su hija. Por ejemplo, en mi país todos los padres tienen miedo de los pederastas. Pero no hay pederastas por la calle. Existen personas que causan violencia a los niños, pero son gente de confianza. Y nosotros seguimos educando a los niños en la desconfianza a los desconocidos. Esto es gravísimo.
P. Y los niños no van solos.
R. Existe un control constante y perpetuo de los pequeños. Esa idea muy novedosa de que el adulto siempre debe estar presente en la vida de un niño es el hecho más grave y el que afecta más negativamente a la vida de un niño.
P. ¿Por qué?
R. Antes los niños podíamos salir de casa solos y pasábamos mucho tiempo libre sin control directo de los adultos. En ese lapso teníamos el desarrollo más fuerte. Era el tiempo del descubrimiento, de la maravilla, de la sorpresa, del placer. Estas experiencias se niegan hoy a los niños.
P. ¿Cómo recuperarlas?
R. Hoy existen condiciones sociales y ambientales peores en las ciudades. La actitud de los adultos es resignarse, pero lo que deben hacer es encargarse de que el barrio sea para todos, de estar en la calle y ayudar a los niños. Si en la calle sólo hay coches, es peligrosa.
P. ¿Eso funciona?
R. En el Gran Buenos Aires se han puesto en marcha corredores escolares inspirados en mi propuesta. En ellos, la delincuencia ha bajado notablemente sin llamar a la policía. Los comerciantes y los ciudadanos ayudan a los niños. Este resultado nunca se habría obtenido con un aumento de la defensa. Cuanto más se cierra, más peligro. Cuanto más se abre, más seguridad.
P. Los niños no van solos y suelen sentirse solos.
R. Son las dos caras del mismo problema. Por un lado, la imposibilidad de un pequeño de vivir cerca de otros niños porque muchos son hijos únicos, una situación que les resta autonomía. Por otro, el no poder salir de casa, encontrar otros niños y elegir un compañero de juegos. Los pequeños están obligados a jugar con los compañeros, con los hijos de los amigos paternos o con los compañeros de las actividades extraescolares. Nunca han elegido un compañero para jugar, pero un día deberán elegir un compañero para la vida. Y no saben hacerlo.
P. Y luego están las horas ante el televisor.
R. Sí. La televisión (o las máquinas) se han adoptado como una niñera económica y eficaz por parte de los padres. Un instrumento que puede ser tan rico llega a ser peligroso, no sólo por los contenidos de violencia, sino porque inmoviliza a los niños y los corrompe al hacerlos consumidores.
P. ¿Se puede hacer una televisión mejor?,
R. El remedio no es hacerla mejor y dejar a los niños más tiempo delante, sino que los niños puedan salir de casa. Entonces sólo la verían si fuera buena de verdad. Pero a las televisiones no les interesa defender a los niños.
P. ¿Qué papel tiene la escuela?
R. Es hora de pensar en una escuela de los niños, ajustada a sus necesidades y donde se podría hacer mucho más en mucho menos tiempo. Es insostenible que, tras seis horas de clase, los niños tengan deberes que les quitan todo el tiempo libre. Tienen que hacer cosas en casa, pero cosas que sepan hacer solos. Así tendrían algo que contar en la escuela. Ahora no tienen, porque todos ven la misma televisión, pasan las tardes en los mismos cursillos y eso no vale la pena contarlo en la clase: todos lo saben.