23 febrero 2011

CARTA A UNA MADRE: ¿ME TENGO QUE CREER LA TERAPIA DE JUEGO Y YA ESTÁ?



CARTA A UNA MADRE

Hola ------------
Verás,  parece una cuestión de fe según me cuentas, pero los niños como mejor se comunican es a través del movimiento y del juego, para ellos el lenguaje es mucho más complicado y no saben decir qué les pasa. Siempre, los problemas psicomotrices, subrayando psico tienen mezcla de causas psicológicas y  dificultades motrices (coordinación, equilibrio etc), es lo que tratamos de averiguar a través de lo que ellos expresan en el juego. Las sesiones están bien estructuradas e incluyen objetivos concretos. Se trata de que abordando la causa se coloquen las estructuras previas y/o básicas para el aprendizaje. Por ejemplo, es como cuando uno tiene angustia y no puede respirar bien, si atajas el problema de la angustia, respirarás mejor, explicado de manera simple. En el caso de tu hijo,  no percibe bien en general, porque su lateralidad no está bien estructurada y viene a ser un síntoma.
Otras posibles causas de la lateralidad mal estructurada es que  no automaticen bien (no reproducen bien estructuras rítmicas) y repercute en la lectoescritura, o no integran bien (les cuesta hacer puzles) y también repercute en la lectoescritura. A veces algunos más mayores, vienen con problemas de comprensión lectora, miramos el ritmo (orientación temporal) y lo tienen fatal porque el desarrollo tónico-emocional tampoco está bien, y sin trabajar directamente la lectoescritura, a través de la psicomotricidad, mejoran considerablemente. Incluso, las puntuaciones del WISC(test de Inteligencia) a través de la terapia, también mejoran. Cuando "uno no está bien" por causas de fondo, repercute en capacidades y/o habilidades (atención, concentración etc), a cada uno en su punto más débil. Bueno después de esta charla, como verás no es como la religión, es más científico de lo que parece.
Las fichas pueden ser algo paralelo, pero más que como método de corrección, casi mejor de evaluación, de vez en cuando.
Pregúntame dudas si la charla es muy densa.

Besos

Publicamos esta carta porque "la madre", nos ha respondido diciendo que para ella ha sido clarificadora. Busca ayuda para su hijo con problemas de lectoescritura y no veía claro que a través de una terapia psicomotriz pudiera corregir las dificultades que el niño presenta. En ocasiones intentamos ser más exhaustivos y científicos con otras explicaciones sobre nuestro trabajo y no somos tan eficaces.

04 febrero 2011

RESPETO A LOS NIÑOS



¿En qué consiste el respeto a los niños? Parece que pueda  consistir en las formas de dirigirnos a ellos/as, pero se trata de algo más profundo. Desde que son bebés, el respeto hacia ellos describe una actitud determinada. Como hacia todos los seres indefensos, podemos caer en el abuso, incluso es fácil, sobre todo si con frecuencia "nos resultan molestos".

Escuchar y atender a un niño no es solamente oir lo que dice o ver lo que hace, en ocasiones, por ser un niño él tampoco sabe qué le ocurre; hemos de intentar descifrar el sentimiento que subyace, ponerse en su lugar y retornar a nuestra propia infancia para vislumbrar sus necesidades.

Se trata de EDUCAR y ayudarles a crecer, a que vayan consiguiendo madurar afectiva, emocional e intelectualmente. Adecuar las expectativas que se tienen sobre ellos es fundamental para no perder el respeto a nuestros hijos; están aprendiendo, lo cual incluye infinidad de fallos que hemos de ayudarles a corregir. Agradecen que se les asignen y se les exijan responsabilidades, y al mismo tiempo que se les reconozcan los sentimientos que esto les produce.

Según la psiquiatra Françoise Doltó "hemos de tratar a los hijos como a nuestros huéspedes", y nosotras siempre comentamos que con los hijos "siempre hay que llevar puestos los zapatos de tacón". En este sentido queremos decir que la relación padres hijos incluye posiciones y status diferentes, que depende de nosotros estar alerta sobre lo que necesitan a medida que crecen, depende de nosotros romper situaciones viciadas; en definitiva, procurar un trato que les ayude a encontrar su lugar.

Sentir que los niños  son de nuestra propiedad, cubrir nuestras carencias con ellos, y olvidarmos que son personas, que son niños y no adultos en pequeño, es algo más frecuente de lo que en principio creemos.
Pararnos a pensar con sosiego como es nuestra relación con ellos, organizar y planificar como creemos que debería de ser, es fundamental para potenciar su desarrollo afectivo, emocional e intelectual.